sábado, 18 de abril de 2009

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Hoy miro a dos personas. Parecen fuertes, puede que lo sean, yo sólo miro, no las conozco.
Pasan delante de mí, van serios. Él lleva paso firme, ella va un poco detrás. Le mira a la par que, suavemente, roza su mano. Sigo mirando, las manos no se unen.
Pasa un tiempo y aparecen de nuevo. Van más rápido, hablando y riendo, pero sus manos siguen sin rozarse. Como a mí no me ven, observo detenidamente. Sus ojos brillan, es un brillo artificial, no espontáneo ni buscado. Entran en un bar, piden cervezas, hablan, eso ya no lo escucho. De muy "en cuando en cuando", la tensión cede, pero el resto del tiempo amenaza y se palpa.
Discuten en voz baja, discuten con la mirada.
Yo sólo veo dos seres perdidos que creen estar en su sitio, aunque no quieran o no puedan darse cuenta, ellos no deciden.

3 comentarios:

Miguel dijo...

Si.
Mirando a la gente desde lejos.
Ultimamente yo no participo, tambien camino y observo, desde lejos, cerca pero como detras de una pantalla, les veo como si fueran estraños, ya no escucho lo que dicen, solo sus sonidos, me cierro a sentir, camino en plan fantasma.

Me duele tener que ver a todo el mundo desde lejos

:3 dijo...

tal vez estés equivocada.

Superpatata dijo...

Me he sentido identificada con este relato, ya que a mi me gusta mucho observar el comportamiento de las personas cuando voy por la calle. Alguien me podría tachar de cotilla, pero yo creo que no. Me parece algo muy interesante.
Saludos!!