sábado, 19 de diciembre de 2009

5

Una persona normal. Va vestida con colores alegres, es educada y sociable. Sabe escuchar. Y sabe guardar su secreto, lo que hace cuando se queda sola: se mete en una pequeña cajita de cartón, apoyando su cabeza sobre las rodillas, se pasa las horas asfixiada, sus horas. Vuelve a salir e intenta recomponerse con unos estiramientos (cuesta después del anquilosamiento). Está pendiente de todo, necesita ayudar. Ella no se ayuda, según le han dicho, no le pusieron ese dispositivo y cuando nació ya era tarde. No sabe hacerlo!
Nadie se para a verla cuando se acurruca en su cajita, tampoco quiere. Allí es donde vive la oscuridad, allí y en lo más profundo de su ser. Todos los días se dice: "Mañana no saldré , ni pasado, me quedaré para siempre en mi caja de cartón" Pero acaba saliendo,  no soporta hacer daño pero ve que lo hace, no soporta ver el sufrimiento pero ve que hace sufrir, sin darse cuenta, pero es así.
Sus risas, cuando salen, no son falsas, son los ínfimos instantes en los que la luz ilumina y calienta.

Nadie lo sabe, pero tiene un plan, un plan que llevará su frágil cuerpo y su debilitada mente a otro lugar, le da igual dónde, sólo otro lugar, sin hacer ruido...shhhhhhhhhhhh

2 comentarios:

Como te lo digo dijo...

Hola guapísima!

No sabes como me alegro de verte por aquí otra vez? dime has vuelto para no marcharte nunca más tanto tiempooo!!

¿Cómo te encuentras? ¿Qué tal la navidad?

Me ha encantado tu historia y la fotografía es preciosa!!

Un besazo muy fuerte y felices fiestas!!

Miguel dijo...

Yo si me suicido no será en silencio, ni metido en la cajita, haré mucho ruido, se notará mi terror, mi odio y mi amargura, y dejaré mucho dolor, más del que yo he sentido, si.